En el mes de marzo comenzaron a dictarse los cursos Rompiendo estereotipos: Programación inclusiva para mujeres y disidencias, Nivel I y Nivel II, destinados a este sector social de Concepción del Uruguay y de localidades aledañas, mayores de 18 años.
Organizadas por nuestra Facultad en conjunto con la Dirección de Producción de la Municipalidad de Concepción del Uruguay, las capacitaciones tienen como objetivo fomentar la vocación en carreras TIC a través de la enseñanza de la programación y el pensamiento comunicacional, al tiempo de brindar acceso a herramientas que abran las puertas a nuevas oportunidades laborales en el sector de Tecnologías de la Información (TI).
Respecto a los contenidos, en el caso del nivel II, son más avanzados, ya que sus destinatari@s ya realizaron el primer nivel en el año 2022.
Las docentes a cargo del nivel I, en modalidades presencial y virtual son: Dafne Perron; Emilce Castillo; Fernanda Gavet y María José Medina. Mientras que las que dictan el nivel II son, de forma virtual, Fernanda Gavet y Solange Galaz; todas provenientes de nuestra casa de estudios.
Las estadísticas reflejan que existe una menor participación de las mujeres y disidencias en el mercado laboral del país. El desempleo entre ell@s es superior al promedio, sus salarios menores y la informalidad mayor. Las dificultades de las mujeres para insertarse laboralmente aumentan cuando hay niños, siendo que en ellas aún recae el peso mayor de las tareas de cuidado y las posibilidades de “salir a trabajar” resultan más limitadas.
Una solución al alcance para enfrentar los problemas planteados, es insertar a la mujer en el sector tecnológico. Por diferentes motivos, culturales, sociales, falta de referentes femeninos, el mercado tecnológico está masculinizado. Se puede confirmar esa característica en las matrículas universitarias. Según un informe de la Fundación Sadosky, en la década del 70 la matrícula de carreras informáticas estaba compuesta por un 70% de mujeres. En 2021, el 84% correspondieron a ingresos de hombres.
Con esas características, incluir a la mujer en el mundo tecnológico resuelve tres problemas en simultáneo: sus ingresos menores al de los hombres, la posibilidad de trabajar sin salir del hogar; y suma oferta laboral en un sector donde la demanda insatisfecha de programadores alcanza a 1 de cada 3 empresas (según datos de la Dirección de Producción de Concepción del Uruguay).
Incluir a la mujer en el mundo tecnológico es un desafío que concierne a las políticas públicas y ayudará a reducir muchas brechas de la sociedad. Por eso la esencia de estas capacitaciones es dirigirlas exclusivamente a mujeres y diversidades para capacitarlas e incluirlas en el mundo de la programación.